“Marta Minujín es una genia. No sólo porque ella lo dice sino porque los expertos del arte se han rendido a su obra. Afirma que el sentido de la vida es disfrutarla porque, en sus palabras, acá se termina todo”. La frase de Luis Novaresio es de hace algunos años pero podría haberla dicho esta semana, cuando presentó a la genial artista, que estuvo invitada en su ciclo Siempre hay un porqué, en donde indaga los porqué de las personalidades más destacadas del arte, las ciencias, pensamiento, y la sociedad en general.
El ciclo es parte de la programación de Experiencia Leamos, contenidos exclusivos pensados como parte de la membresía Leamos.com y su comunidad de lectores. Marta Inés Minujín –la artista plástica vanguardista, la musa de la contracultura desde los años 60– es sinónimo de arte como impacto, como choque, como potencia. Su obra pop y conceptual y su personalidad radical, lúcida e imprevisible son marcas que se mantienen en el tiempo, desde sus primeros happenings para el Instituto Di Tella, hasta la actualidad, ya consagrada a nivel mundial, con sus instalaciones en mecas del arte internacional como el MoMa (Nueva York) o Kassel (Alemania). Para el anfitrión de la charla, Luis Novaresio, Marta Minujín es también “la expectativa de algo más, nuevo, distinto, creativo, algo que va a aparecer”.
El “Partenón de libros prohibidos”, una instalación en Alemania que recordaba el de los 80
Fue pobre en París, levantó un Partenón con 30 mil libros prohibidos por la dictadura en los albores de la democracia de Alfonsín, y hoy, en plena pandemia, asume la falta del contacto con el público al que extraña, e intenta reemplazar por las redes sociales. Porque “lo que hizo esta pandemia fue desarrollar mucho más la vida interior de las personas”.
El siguiente es un fragmento de la charla entre Marta Minujín y Luis Novaresio.
–En este momento tan duro del Covid, ¿cómo impacta lo que sucede en tu obra?
–Me impactó muchísimo. Viste que yo vivo trabajando en colores flúo, mis abrazos fluorescentes, yo creo que los colores son vida. Bueno: estoy haciendo un cuadro desde mayo que es negro. Va a ser la única obra de mi vida que sea negra. Son mis vivencias a través del relato constante del mundo entero, de la muerte en los medios, las cifras, una cosa brutal que yo no hubiese querido vivir en mi larga vida este momento. Es algo feo.Yo creo que los colores son vida. Bueno: estoy haciendo un cuadro desde mayo que es negro
—Hay mucha potencia vital en lo que hacés. ¿Cómo hacés hoy?
–Hoy me sirve vivir en las redes, mis seguidores, me interesa la gente que vive en las redes. Yo ya lo había hecho en los años ´60 cuando estuve años seleccionando gente por computadora: fueron 80 grupos sociales para un proyecto que ahora compró el MoMA. Lo filmé con seis cámaras: una serie de cócteles con políticos, economistas, el mundo de la moda, el mundo de los artistas. Luego la filmación se proyectaba en las paredes y la gente circulaba en la sala. ¡Cada filmación, por sus participantes, tenía colores propios, diferentes!Marta Minujin
—¿Cómo o por qué nace el Partenón en tu alma creativa?
–Eso fue en 1983, en la Argentina. ¡En el Partenón se inventó la democracia! Los griegos, antes de Cristo, inventaron la palabra democracia, el gobierno de todos, como oposición a la aristocracia, que era el gobierno de pocos. Yo había estado hablando con la Cámara del Libro por los libros prohibidos en la dictadura. Me conseguí 30.000 libros que enviaron las editoriales, libros que muchos tenían escondidos en los sótanos. Ese Partenón fue algo increíble. Yo quería inclinar el Partenón, como que la democracia había estado desaparecida, y ahora volvía. Los libros prohibidos se los terminó llevando el público. Fue algo genial: un homenaje a la demorcracia, con libros prohibidos durante la dictadura militar. Fue un momento increíble porque estaban todos los medios del mundo acá, por la asunción de Alfonsín, y así salió reflejado en todo el mundo. Fue el primero de muchos Partenones. La entrevista completa puede verse en el sitio de Experiencia Leamos.